En los últimos años, la localización de activos y personas se ha convertido en un valor clave para el IoT, capaz de agregar capacidades y oportunidades de negocio en diversos escenarios, como son los sectores: retail, logístico, agrícola o industrial. Estos segmentos de clientes específicos – tanto grandes como pequeños – exigen incorporar la variable localización en sus actividades como información relevante para su actividad. De modo que, mediante el seguimiento de activos o personas, seremos capaces de obtener y proporcionar una visión real y concisa de toda la cadena de suministro (supply chain). Por ejemplo, podemos pensar en una fábrica donde la situación de los activos dentro de la cadena de producción (fases de la fabricación, almacén, etc.) resulta fundamental, o entre los puntos de distribución y el lugar de entrega (“la última milla”). Por tanto, la ubicación constituye una información clave que permite aumentar la eficiencia de nuestra compañía: tomaremos mejores decisiones si sabemos cómo funciona nuestro negocio (data-driven business).
Los dispositivos IoT han de ser, por definición, de bajo coste (alta escalabilidad) y de bajo consumo (duración de batería). Por su parte, obtener la ubicación (absoluta o relativa) siempre ha sido una tarea complicada en términos de energía. En concreto, la tecnología GPS no se caracteriza por el bajo consumo ni por ser rápida ya requiere varios segundos para ubicarnos. Además tampoco es apta para interiores, por lo que no puede emplearse en: almacenes, fábricas, neveras de camiones u oficinas, sin hacer complicadas y costosas instalaciones adicionales.
Así pues, para resolver este nuevo paradigma, los dispositivos de seguimiento IoT deberán prescindir – por norma general – de posicionamiento GPS y usar otras tecnologías tales como WiFi. En lugar de conectarse a satélites (tiempo y energía), el dispositivo escuchará las redes WiFi y enviará los puntos de acceso cercanos (BSSID) a un servicio en la nube que ubicará su dispositivo empleando una enorme base de datos de redes WiFi posicionadas. Como puede apreciarse, está técnica es particularmente útil en áreas urbanas e interiores, donde es fácil encontrar puntos de acceso. Podremos rastrear los activos durante la última milla con suficiente precisión y, combinándolo con otras tecnologías inalámbricas – como Sigfox, 2G o LTE –, conoceremos el estado y la posición de los activos todo el tiempo. Probablemente, no podremos proporcionar una ubicación muy precisa, 2 o 3 metros, como ofrece GPS, pero sí lo suficiente para su propósito con un dispositivo de bajo consumo real que funcionará en interiores (almacén, tienda, etc.) y en exteriores (última milla) con una precisión de entre 50 y 100 metros.
SAYME ha diseñado y fabricado una solución denominada senstracking compact, la cual fue concebida para cubrir esta necesidad mediante dispositivos de bajo consumo y bajo costo, como una solución industrial altamente escalable que funciona durante años sin necesidad de mantenimiento con simples baterías AAA estándar.